Por: Ars mundana
En los medios de comunicación se recalca en la contemporaneidad acerca del aumento de la temperatura en el globo, sus consecuencias para la vida (como la dificultad para producir alimentos, o la inestabilidad de los precios de los insumos para el consumo cotidiano), y en general, de la tendencia mortal que amenaza con la extinción humana. En redes sociales y desde los grandes creadores de contenido, naturalmente, existe un exagerado énfasis en las consecuencias de “nuestra inconsciencia” con respecto al medio ambiente, socializando la culpa que sienten los grandes acumuladores de capital, en unas masas que siguen sin poder llevar el café y el pan diario a la mesa.
Socializar la culpa, e insistir en las consecuencias del calentamiento global, nunca en sus causas, pues aparecen centenas: ¿por qué los Estados Unidos y otros países del norte global emiten la mayor cantidad de CO2 en todo el orbe?¿Por qué el modelo de acumulación global se basa en el crecimiento sostenido, infinito, cuando la naturaleza humana y de la tierra es la de ser finitas? Un caso muy similar sucede con la nación del fuego, en la historia de (serie de Nickelodeon) Avatar: la leyenda de Ang, que no encuentra un límite para su acumulación de poder (o de capital, pues el capital asegura fuerza física y simbólica), y en la medida en que no existe una regulación social fuerte (las sociedades en la tierra de Ang están aún en un momento de solución de problemas básicos como el hambre), un tercer agente, como si se tratara de un mecanismo inmanente, debe tomar las riendas acerca de la irrupción de la irracionalidad por medio de la acumulación infinita.
Para poder mediar entre las fuerzas de acumulación violenta y la vida misma de las sociedades o naciones, Ang debe recorrer un camino personal, debe dotar de forma a su carácter por medio de la comprensión principalmente, de la mayoría de las fuerzas que actúan sobre la naturaleza y la materia. Mientras el protagonista va reconociendo los axiomas básicos que transmiten los maestros de los elementos, se encuentra con un continuo flujo de contradicciones humanas con amigas, amigos y allegados, lo que termina por fortalecer el aprendizaje que se creía que estaba tan solo en la física de la naturaleza.
Una labor de comprensión del mundo así, que pone participe al “individuo” con su aprendizaje, y que desea proyectar su labor hacia el servicio a la comunidad (o al “salvamento” de las naciones, que es el objeto fundamental del Avatar), constituye una gran referencia a la dialéctica, que no deja al destino, a la personalidad, al tarot o a los simples elementos, la explicación de cómo se mueve el mundo, sino que los vincula todo con el diario vivir, los contrasta continuamente con la vida del pueblo, y no deja que pierda su generalidad o su relación con el todo social (clases sociales). En la temporada 3, en el capítulo “La dama pintada”, el aprendizaje que les ha dejado el camino a los protagonistas de la historia, y en particular a Katara, les permite hacer una evaluación acerca del grave impacto que ha dejado el expolio del territorio de una industria contaminante en un pueblo anfibio y pesquero. Ella misma decide tomar acción, se disfraza de la “dama pintada” y lucha contra los capataces de la industria, incluso la llevan a su total destrucción.
La animación de los cuerpos y de los rostros es muy clara, muchos de los movimientos plasmados en las peleas y escenas de acción fueron tomados de un registro real facilitado por algún profesional. Los colores, las vestimentas y el manejo de la temática de acuerdo a la temporada es muy agradable. Ang es quien recoge la mayoría de las enseñanzas de los demás, pues debe enfrentarse por la fuerza, como el proletariado, con la nación del fuego y del capital. Katara es una mujer fuerte y libre, que forja su carácter también en la batalla y en las contradicciones diarias, y que asume con más claridad los compromisos que impone el pueblo que los rodea. Sokka es más diletante, en un principio no tiene un pensamiento que le permita ser lider y proyectar la liberación de su pueblo, aún se vale de prejuicios individualistas para la lucha contra las clases dominantes, pero aprende a conectar e intercambiar intelectualmente con todas las culturas. Toph por su parte, proveniente de una familia de élite, se ha educado todo lo posible para ofrecer su conocimiento a la causa de los pueblos que progresan libres. Zuko, proveniente del núcleo de la clase dominante, se convence por el sentir permanente del odio, que lo que desea es la vuelta a la tranquilidad que le facilitaba un lazo cariñoso con su madre.
Cuando casi domina el uso de los elementos, el amor es la fuerza más determinante que se opone a su equilibrio interior, pues el monje quien le enseña en los templos “lo avatar” a Ang, dice que debe desprenderse de todo apego para poder llegar a enfrentarse a los mecanismos del mal. Sin embargo, Ang y sus amigos dentro de su juventud y el cuestionamiento por todo perciben que el amor es una fuerza capaz de facilitar la unión en los grupos, y de hecho era un punto vital a su favor. También el equilibrio es una constante en las palabras de los maestros de Ang, lo cual es importante en la época del deterioro de las condiciones de vida de la tierra. Ang y un puñado de adolescentes luchaban con dificultad, entre las ramas, como guerrillas populares humildes contra todo un imperio y con cooperación salían indemnes. Ayer sucedió en Cuba, en el 2021 los sectores populares de Colombia se organizaron contra el narco poder constituido con la política del amor y del canelazo. ¿Qué esperan los jóvenes y humanos para enfrentar toda tiranía y toda falta de futuro?
